A Manuel Altolaguirre Sí, sí, es verdad, es la única verdad; ojos entreabiertos, luz nacida, pensamiento o sollozo, clave o alma, este velar, este aprender la dicha, este saber que el día no es espina, sino verdad, oh suavidad. Te quiero. Escúchame. Cuando el silencio no existía, cuando tú eras ya cuerpo y yo la muerte, entonces, cuando el día. Noche, bondad, oh lucha, noche, noche. Bajo clamor o senos, bajo azúcar, entre dolor o solo la saliva, allí entre la mentira sí esperada, noche, noche, lo ardiente o el desierto. Vicente Aleixandre