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Mostrando entradas de 2020
¿Por qué me has abandonado?
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Por si no hay otra vida después de esta haz de modo que sea una injusticia nuestra aniquilación; de la avaricia de Dios sea tu vida una protesta. Que un anhelo sin pago así nos presta y envuelto de su luz en la caricia el dardo oscuro que al dolor enquicia en la raíz del corazón asesta. Tu cabeza, abrumada del engaño en la roca descansa que fue escaño de Prometeo, y cuando al fin te aplaste la recia rueda de la impía suerte, podrás, como consuelo de la muerte, clamar: “¿por qué, mi Dios, me abandonaste?” Miguel de Unamuno
Las lecturas de mi 2020...
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<<Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él >>. Carlos Ruiz Zafón, La sombra del viento 1. William Shakespeare, Romeo y Julieta 2. Imre Kertész, Sin destino 3. Elizabeth Gilbert, Come, reza, ama 4. Prosper Mérimée, Carmen 5. H. P. Lovecraft, El alquimista 6. Albert Camus, La peste 7. D. H. Lawrence , El amante de Lady Chatterley 8. José Luis Sampedro, La sonrisa etrusca 9. Robert Galbraith , El canto del cuco 10. Ángeles Caso, Contra el viento 11. Fernando Vallejo, La Virgen de los Sicarios 12. Arthur Conan Doyle, El archivo de Sherlock Holmes. La aventura de la piedra preciosa de Mazarino
32. De Nimue y una estampa maravillosa
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¿Te ha pasado alguna vez que el sueño se haya ido de tus ojos mucho antes de que la noche acabe? ¿Te ha pasado que algo te hiciera adentrarte en el desvelo como quien se adentra en un túnel , a oscuras y a la fuerza? A mí sí. Hoy. Antes. Fue por los pájaros . Volaban en desbandada huyendo de las pisadas de algún cazador furtivo. Fue su algarabía de alas la que me hizo abrir los ojos cuando el sol estaba más grande . Cuando de su luz no podría resguardarme por dentro de ninguna sombra... Sabía que los ojos se me derretirían como la cera puesta en un caldero al fuego. Sabía que no era mi hora. Ni la de Titus B. , que dormía como era menester hecho un ovillo de algodón coloreado a la flaca sombra del letrero. Sin mantas que lo cubrieran, que los duendes no saben lo que es el frío . Y, sin embargo, ya no pude por más que levantarme del lecho de heno que tanto tiempo fue mi cama. Amodorrada , busqué agua cerca con que lavarme la cara . Busqué hasta encontrarla hecha
El valle de la inquietud
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Hubo aquí un valle antaño, callado y sonriente, donde nadie habitaba: partiéronse las gentes a la guerra, dejando a los luceros, de ojos dulces, que velaran, de noche, desde azuladas torres, las flores, y en el centro del valle, cada día, la roja luz del sol se posaba, indolente. Mas ya quien lo visite advertiría la inquietud de ese valle melancólico. No hay en él nada quieto, sino el aire, que ampara aquella soledad de maravilla. ¡Ah! Ningún viento mece aquellos árboles, que palpitan al modo de los helados mares en torno de las Hébridas brumosas. ¡Ah! Ningún viento arrastra aquellas nubes, que crujen levemente por el cielo intranquilo, turbadas desde el alba hasta la noche, sobre las violetas que allí yacen, como ojos humanos de mil suertes, sobre ondulantes lirios, que lloran en las tumbas ignoradas. Ondulan, y de sus fragantes cimas cae eterno rocío, gota a gota. Lloran, y por sus tallos delicados, como aljófar, van lágrimas perennes
31. Del Poimandrès
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Hace ya rato que la noche se dejó caer sobre las ramas de Brocelianda y las volvió negras, con esa luna que sin miramientos ha traído hasta nosotros ausente, marchita. Sentado aún bajo el letrero, desde lo alto del Libro Grande, el duende me mira. Desde el abismo color de letras que descansa en sus rodillas me mira y guarda silencio. Titus B. : el pequeño viejo. Apoya las palmas de las manos en la tierra y toma aliento. Una docena de luciérnagas salidas de las sombras iluminan su cara y al Libro . Han venido hasta él como cada luna nueva, sin que las haya llamado siquiera. Han venido para ser su luz. Para que lea... «...Con estas palabras, quedóse mirándome fijamente al rostro, de tal modo que me hizo temblar. Luego, cuando volvió a levantar la cabeza, me pareció ver dentro de mi propio espíritu la luz , que consistía en un número infinito de virtudes, convertida en un Todo ilimitado , mientras el fuego, rodeado y mantenido por una fuerza omnipotente, alcan
Platero
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<< Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Solo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto, y se va al prado , y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas… Lo llamo dulcemente: ¿Platero? y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe en no sé qué cascabeleo ideal… Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel… Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña…; pero fuerte y seco por dentro como de piedra. Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo: —Tien’asero… Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo>>. Ju
Es la noche desamparo…
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Es la noche desamparo de las sierras hasta el mar. Pero yo, la que te mece, ¡yo no tengo soledad! Es el cielo desamparo si la Luna cae al mar. Pero yo, la que te estrecha, ¡yo no tengo soledad! Es el mundo desamparo y la carne triste va. Pero yo, la que te oprime, ¡yo no tengo soledad! Gabriela Mistral
Quería evadirse...
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<< Quería evadirse, huir cada vez más lejos , romper bruscamente con la vida vulgar para respirar el aire libre . Y, además, también estaba aquel pánico que entra de vez en cuando al pensar que las comparsas que hemos dejado atrás pueden volver a encontrarnos y pedirnos cuentas. Había que esconderse para huir de aquellos chantajistas con la esperanza de hallarse algún día definitivamente fuera de su alcance. Allá arriba , en el aire de las cumbres . O en el aire de alta mar >>. Patrick Modiano, En el café de la juventud perdida
30. El tres veces grande...
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Hermes Trismegisto « El espíritu brota de la sustancia de Dios (...); de qué naturaleza es esta sustancia, solo Dios puede saberlo con exactitud. Por tanto, el espíritu no está separado de la sustancia de Dios , sino que irradia de este su origen como la luz irradia del sol. En el hombre , este espíritu es Dios ...». Hermes Trismegisto , "el tres veces grande"
29. Una marmita que cuece hombres
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Cuando las luces se apagaron en tu mundo el cielo entero se resintió . Lo sé porque lo vi. O tal vez se equivocan mis ojos y no fue así. Tal vez fue exactamente al revés. Me lo ha explicado el duende : Que tú y yo y él. Y la tierra que pisas y las estrellas del firmamento. Todos somos parte , más o menos voluminosa, de una bola gigante en la que lo uno afecta a lo otro. En la que lo uno determina a lo otro. Y viceversa. Una bola gigante . O a lo mejor una marmita . Vapor y líquido encerrados a los pies de una tapadera y sobre un fondo metálico. Vapor el cielo . Líquido la Tierra . El hombre aquello que entre ambos cuecen .
28. Hoy
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Anoche se apagaron las luces de tu mundo . Las vimos hacerlo todas a la vez. De una sola vez. Y de nuevo tu mundo a oscuras . ¿Qué haces tú hoy , cuando ya todo ha terminado? ¿Acaso sientes tristeza? ¿Acaso desamparo frente a la inercia de unos días que nunca se quedan quietos? ¿Qué sientes ? Porque ni para Titus B. ni para mí cambió nada en modo alguno en tanto tiempo. En la soledad no puede cambiar nada , salvo tu compañía . Pero para ti las calles se vistieron de colores, de música, de cantos. La gente a tu alrededor se adornó con sus mejores sonrisas. Lanzó al aire su voluntad. Te dio de regalo un montón de buenos deseos. ¿Adónde se fueron ellos hoy , esta tarde que te escribo mientras el duende se esconde a la espera de que el sol desaparezca del cielo y podamos continuar al fin el camino? ¿Adónde? ¿Siguen acaso ahí , contigo, encerrados entre las palmas apretadas de tus manos como un pajarillo? ¿O se han ido por el lugar del que llegaron, vo
La vida de un hombre...
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<<(...) la vida de un hombre se divide básicamente en tres períodos. En el primero, uno ni siquiera piensa que envejecerá , ni que el tiempo pasa ni que, desde el primer día, cuando nacemos, caminamos hacia un único fin. Pasada la primera juventud, empieza el segundo período, en el que uno se da cuenta de la fragilidad de la propia vida y lo que en un principio es una simple inquietud va creciendo en el interior como un mar de dudas e incertidumbres que te acompañan durante el resto de tus días. Por último, al final de la vida, se abre el tercer período, el de la aceptación de la realidad y, consecuentemente, la resignación y la espera>>. Carlos Ruiz Zafón , El Príncipe de la Niebla
26. Feliz Navidad...
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Sé que tal vez hoy , lejos, lejos, en algún lugar de esos de allí afuera, si pudiera verte por la mirilla de tu puerta te encontraría celebrando . Sé, sabemos, que hoy es el día de Navidad . Tú allí , sentado alrededor de una mesa repleta de dulces , de bombones, de mil chucherías. Tú allí entre mucha gente. A lo mejor riendo . Hasta puede que te oyéramos cantar. O a lo mejor no . A lo mejor bajaría los ojos al descubrirte en una habitación vacía . Una taza de café humeante como más fiel compañera. Acomodado en tu sillón favorito frente al escritorio. Un libro, cualquiera, qué más da mientras no lleve escrita entre sus páginas la palabra Navidad, al otro lado. El ordenador, que acabas de encender, enfrente de ti. La pantalla iluminada y la esperanza de encontrarnos . Que estaremos solos, también, pensarás mientras te miro. Que sin terminar de movernos nunca de debajo de este letrero darás con nosotros y te haremos compañía . En este mundo sin luces de col
El silbato de la locomotora...
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La ciudad
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Era dorada y espléndida Aquella ciudad de la luz; Una visión suspendida En los abismos de la noche; Una región de prodigios y gloria, cuyos templos Eran de mármol blanco. Recuerdo la época En que apareció ante mis ojos; Eran los tiempos salvajes e irracionales, Los días de las mentes embrutecidas En los que el Invierno, con su mortaja blanca y lívida, Avanzaba lentamente torturando y destruyendo. Más hermosa que Zión Resplandecía en el cielo Cuando los rayos de Orión Nublaron mis ojos, Y me sumieron en un sueño lleno de oscuros recuerdos De vivencias olvidadas y remotas. Sus mansiones eran majestuosas, Decoradas con bellas esculturas Que se erguían con nobleza En magníficas terrazas, Y los jardines eran fragantes y soleados, Y en ellos florecían extrañas maravillas. Me fascinaban sus avenidas Con sus perspectivas sublimes; Las elevadas arcadas me confirmaban Que una vez, en otro tiempo, Había vagado en éxtasis bajo su som
Para el Museo de la Acrópolis...
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25. De las tres realidades
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--> Objeto --> Universo --> Mundo material, externo --> Espíritu / Intelecto --> Universal y divino --> Sujeto trascendente --> Dador de luz --> Sujeto --> Seres vivos --> Hombre (espíritu, alma, cuerpo): espejo en el que se mira el Universo. Compendio del Universo. Reflejo del Universo --> Mundo interior. Del alma. Del entendimiento. He aquí cuanto el duende tuvo a bien escribir en la tierra . El exceso de luces allá afuera y la claridad tan grande de la luna hacen que pueda asomarme fácilmente al abismo negro de esas letras. Que pueda mirarlas. Leerlas . Una vez que lo he hecho cierro los ojos. Me tapo los oídos. ¿Qué respuesta daré si sobre ellas me pregunta? Un movimiento imperceptible de la cabeza. Imperceptible. Pero que niega . Que se esconde .
Fulcanelli...
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Notre-Dame de Paris << La más fuerte impresión de nuestra primera juventud -teníamos a la sazón siete años-, de la que conservamos todavía vívido un recuerdo, fue la emoción que provocó , en nuestra alma de niño, la vista de una catedral gótica . Nos sentimos inmediatamente transportados , extasiados, llenos de admiración, incapaces de sustraernos a la atracción de lo maravilloso, a la magia de lo espléndido, de lo inmenso, de lo vertiginoso que se desprendía de esta obra más divina que humana. Después, la visión se transformó; pero la impresión permanece. Y, (...) , jamás hemos podido dejar de sentir una especie de arrobamiento ante estos bellos libros de imágenes que se levantan en nuestra plaza y que despliegan hasta el cielo sus hojas esculpidas en piedra >>. Fulcanelli, El misterio de las catedrales
Unas líneas sobre... "El vino de la soledad", de Irène Némirovsky
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<< La vida era cambiante, inestable, poco segura. Nada duraba. Un torrente implacable arrastraba a los seres queridos, los días tranquilos, y se los llevaba lejos, para siempre jamás >> . Irène Némirovsky , El vino de la soledad El vino de la soledad es una historia cerrada con broche de oro y unos personajes fascinantes : - Bella: hermosa y egoísta - Elena: idealista y vengativa - Boris Karol: egoísta y crédulo - Mademoiselle Rose: dulce y bondadosa Los temas en ella planteados : - La inevitabilidad del paso del tiempo - La hipocresía de una sociedad que hace como que no ve, como que no sabe - La pérdida progresiva de valores - El deseo de venganza - El odio - El dinero que roba padres y compra amantes