Yo ya conocía a Hachik ō . Ya conocía su triste , su hermosa historia de espera , de lealtad , de amor , del amor más puro … Pero una cosa es leerla o que alguien te la cuente y, otra muy distinta, verla. Verla… Que él esté ahí , al otro lado de esa pantalla de televisión que estorba porque tú quisieras abrazarlo, quisieras besarlo, quisieras darle tu calor y tu compañía. Y no puedes . No puedes. Porque hay una pantalla de televisión entre los dos. Porque él no existe ya . Porque él ya se murió. Hachik ō ya se murió …