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El mar. La mar. 💫

El mar. La mar. El mar. ¡Solo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre,  a la ciudad?  ¿Por qué me desenterraste  del mar?  En sueños la marejada  me tira del corazón;  se lo quisiera llevar.  Padre, ¿por qué me trajiste  acá? Gimiendo por ver el mar,  un marinerito en tierra  iza al aire este lamento:  ¡Ay mi blusa marinera;  siempre me la inflaba el viento  al divisar la escollera! 🧚‍♀️   Rafael Alberti

Tus ojos eran mi aire… 💫

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Tus ojos eran mi aire y el aire para sí jugaba a ser redondo, rodando. Tus ojos eran mi aire y mi fuego, y los dos entre sí jugaban uno a mantener al otro, consumiéndose. Tus ojos eran mi aire y mi fuego, pero también mi agua, y los tres entre sí jugaban uno a consumir el otro, manteniéndose. Porque tus ojos eran mi agua mi fuego y mi aire, tengo transida de rumor el alma como el árbol de pino la madera, y tengo más: las raíces anudadas a ti, porque tus ojos eran mi aire mi fuego y mi agua, pero también mi tierra. 🧚‍♀️ José Gorostiza Herbert James Draper, The Gates of Dawn  (1900)

Había una barcaza, con personajes torvos… 💫

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Había una barcaza, con personajes torvos, en la orilla dispuesta. La noche de la tierra, sepultada. Y más allá aquel barco, de luces mortecinas, en donde se apiñaba, con fervor, aunque triste, un gentío enlutado. Enfrente, aquella bruma cerrada bajo un cielo sin firmamento ya. Y una barca esperando, y otras varadas. Llegábamos exhaustos, con la carne tirante, algo seca. Un aire inmóvil, con flecos de humedad, flotaba en el lugar. Todo estaba dispuesto. La niebla, aún más cerrada, exigía partir. Yo tenía los ojos velados por las lágrimas. Dispusimos los remos desgastados y como esclavos, mudos, empujamos aquellas aguas negras. Mi madre me miraba, muy fija, desde el barco en el viaje aquel de todos a la niebla. 🧚‍♀️ Francisco Brines Sebastian Pether, River Scene (1840)

Por veredas de sueño y habitaciones sordas

Por veredas de sueño y habitaciones sordas tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos Una cifra vigilante y sigilosa va por los arrabales llamándome y llamándome pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo si la cifra se mezcla con las letras del sueño, si solamente estás donde ya no te busco. Julio Cortázar

Naufragio 💫

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Lloró cuando le dije: adiós mi vida; y a través de las gotas de su llanto, sus inquietas pupilas parecían dos góndolas azules naufragando. 🧚‍♀️ Julio Flórez Edward John Poynter, Cave of the Storm Nymphs  (1903)

Rima LXXXI. Es el alba una sombra 💫

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Es el alba una sombra de tu sonrisa, y un rayo de tus ojos la luz del día; pero tu alma es la noche de invierno negra y helada. 🧚‍♀️ Gustavo Adolfo Bécquer Ivan Ayvazovsky, Byron in Venice

Lamento

 Hace mucho deseaba dejar La casa donde nací; Hace mucho la usé para sufrir, Mi hogar parecía abandonado, Años vacíos en pasillos desolados, Por las silenciosas habitaciones Se paseaban acechantes temores; Ahora, su memoria se vuelca en páginas Donde la tinta son mis tiernas lágrimas. He conocido la vida y el matrimonio. Cosas que en un tiempo fueron brillantes, Ahora, como hechos absolutos Flotan en cada rayo de luz. En medio de la vida, de ese mar desconocido, Ninguna isla de bendición he conocido; Finalmente, a través de la salvaje tempestad Mi pena fue convocada al hogar. ¡Adiós, oscura y empinada profundidad! ¡Adiós, Tierras Extrañas! ¡Arrasa, barre las nubes del cielo, Abre tu glorioso reino de antaño! Sin embargo, cuando logré pasar a salvo Aquel irritante y agotador principio, Una voz amada, entre temblores y rugidos, Podría convocarme de nuevo. A pesar del brillo en el alma de una rosa vespertina En este Paraíso que se alza sobre mí, ¡William! Incluso desde el reposo del Cielo

La rosa del mundo 💫

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¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño? Por estos labios rojos, con todo su orgullo luctuoso, Luctuoso de que ninguna nueva maravilla puedan predecir, Troya se desvaneció en un alto destello fúnebre Y murieron los hijos de Usna. Nosotros y el esforzado mundo vamos de paso Entre almas humanas que vacilan y dejan sus puestos Como las pálidas aguas en su carrera invernal, Bajo las estrellas que pasan, espuma del firmamento, Vidas en este rostro solitario. Inclinaos, arcángeles, en vuestra oscura morada: Antes de que existierais o de que cualquier corazón latiera, Fatigado y afable hubo quien os demoró junto a Su asiento; E hizo que el mundo fuera un camino cubierto de hierba Ante los pies errantes de ella. 🧚‍♀️ William Blake Konstantin Korovin, By the window  (1893)

Única sabiduría 💫

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Lo único que sabemos es lo que nos sorprende: que todo pasa, como si no hubiera pasado. Silvina Ocampo Lawrence Alma-Tadema,  A Reading from Homer  (1885)

Almendros en flor 💫

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Almendros en flor. cielo azul. ¡Qué lindo traje mi amor! 🧚‍♀️ Max Aub Lawrence Alma-Tadema, Spring  (1894)

Hada Morgana 💫

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Un fantasma de ojos azules se ríe en la distancia, saltando hacia el poniente: por un camino que persigo eternamente, Tomo aliento y hacia allí voy. La luz del sol se quiebra gota a gota: va cantando y saltando alto entre las flores con un sonido de ensueño, en una canción de sueños. Me río, es tan rápido y alegre; tan distante que llora mi fantasía: Espero que pueda yacer algún día, yacer por siempre y soñar. 🧚‍♀️ Christina Rossetti Sophie Anderson, The Time Of The Lilacs

La poesía 💫

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Tan clara que, invisible, en sí misma se esconde, como el aire o el agua, transparente y oculta; desierta no, surcada por pájaros y peces, herida por los árboles. 🧚‍♀️ Manuel Altolaguirre Luke Fildes, Woman reading  (c. 1900)

Las doce en el reloj

Dije: ¡Todo ya pleno! Un álamo vibró. Las hojas plateadas sonaron con amor. Los verdes eran grises, el amor era sol. Entonces, mediodía, un pájaro sumió su cantar en el viento con tal adoración que se sintió cantada bajo el viento la flor crecida entre las mieses, más altas. Era yo, centro en aquel instante de tanto alrededor, quien lo veía todo completo para un dios. Dije: Todo, completo. ¡Las doce en el reloj! Jorge Guillén

La flor solitaria 💫

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No vienen en tu busca, pobre flor solitaria; -y, sin embargo, eres más bella que la rosa pregonadora, que la mano partidaria del destino abrió altiva, visible y victoriosa-. Oyes, solo, en tu olvido, la verdad de la fuente, que, cantándote amor, te vuelve sobre el cielo, el verderón te cerca de un misterio elocuente, la mariposa para por ti su blanco vuelo… Y nadie sabe, flor, el encanto bendito de tu soledad única, estasiada y divina, cuando, a una brisa de oro, teñida de infinito, el sol se va ocultando tras tu verde colina. 🧚‍♀️ Juan Ramón Jiménez John William Waterhouse, Sweet summer  (1912)

El sueño 💫

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Si el sueño fuera (como dicen) una tregua, un puro reposo de la mente, ¿por qué, si te despiertan bruscamente, sientes que te han robado una fortuna? ¿Por qué es tan triste madrugar? La hora nos despoja de un don inconcebible, tan íntimo que solo es traducible en un sopor que la vigilia dora de sueños, que bien pueden ser reflejos truncos de los tesoros de la sombra, de un orbe intemporal que no se nombra y que el día deforma en sus espejos. ¿Quién serás esta noche en el oscuro sueño, del otro lado de su muro? 🧚‍♀️ Jorge Luis Borges Robert William Buss, Dickens' Dream  (1875)

La memoria en las manos

  Hoy son las manos la memoria. El alma no se acuerda, está dolida de tanto recordar. Pero en las manos queda el recuerdo de lo que han tenido. Recuerdo de una piedra que hubo junto a un arroyo y que cogimos distraídamente sin darnos cuenta de nuestra ventura. Pero su peso áspero, sentir nos hace que por fin cogimos el fruto más hermoso de los tiempos. A tiempo sabe el peso de una piedra entre las manos.  En una piedra está la paciencia del mundo, madurada despacio. Incalculable suma de días y de noches, sol y agua la que costó esta forma torpe y dura que acariciar no sabe y acompaña tan solo con su peso, oscuramente. Se estuvo siempre quieta, sin buscar, encerrada, en una voluntad densa y constante de no volar como la mariposa, de no ser bella, como el lirio, para salvar de envidias su pureza. ¡Cuántos esbeltos lirios, cuántas gráciles libélulas se han muerto, allí, a su lado por correr tanto hacia la primavera! Ella supo esperar sin pedir nada más que la eternidad de su ser puro. Por

Viento loco, tierra seca 💫

Viento loco, tierra seca, boca sedienta, sediento. Mundo ciego, arena en el cielo. Polvo, tormenta, tormento. Vuela y entierra y aúlla la arena de duna en duna. Tierra que aterra y entierra en cielo vuelto y revuelto. Max Aub

Cantan las hojas… 💫

Cantan las hojas, bailan las peras en el peral; gira la rosa, rosa del viento, no del rosal. Nubes y nubes flotan dormidas, algas del aire; todo el espacio gira con ellas, fuerza de nadie. Todo es espacio; vibra la vara de la amapola y una desnuda vuela en el viento lomo de ola. Nada soy yo, cuerpo que flota, luz, oleaje; todo es del viento y el viento es aire siempre de viaje. Octavio Paz

La rosa del mundo 💫

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¿Quién soñó que la belleza pasa como un sueño? Por estos labios rojos, con todo su orgullo luctuoso, Luctuoso de que ninguna nueva maravilla puedan predecir, Troya se desvaneció en un alto destello fúnebre Y murieron los hijos de Usna. Nosotros y el esforzado mundo vamos de paso Entre almas humanas que vacilan y dejan sus puestos Como las pálidas aguas en su carrera invernal, Bajo las estrellas que pasan, espuma del firmamento, Vidas en este rostro solitario. Inclinaos, arcángeles, en vuestra oscura morada: Antes de que existierais o de que cualquier corazón latiera, Fatigado y afable hubo quien os demoró junto a Su asiento; E hizo que el mundo fuera un camino cubierto de hierba Ante los pies errantes de ella. 🧚‍♀️ William Blake Alexandre Cabanel, Phaedra  (1880)

Ante ti 💫

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Porque siendo tú el mismo, eres distinto y distante de todos los que miran ese rosa de luz que viertes siempre de tu cielo a tu mar, campo que amo. Campo mío, de amor nunca confeso; de un amor recatado y pudoroso, como virgen antigua que perdura en mi cuerpo contiguo al tuyo eterno. He venido a quererte, a que me digas tus palabras de mar y de palmeras; tus molinos de lienzos que salobres me refrescan la sed de tanto tiempo. Me abandono en tu mar, me dejo tuya como darse hay que hacerlo para serte. Si cerrara los ojos quedaría hecha un ser y una voz: ahogada viva. ¿He venido, y me fui; me iré mañana y vendré como hoy…?; ¿qué otra criatura volverá para ti, para quedarse o escaparse en tu luz hacia lo nunca? Carmen Conde Johannes Vermeer, Girl with a Pearl Earring  (c. 1665)