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Pierre-Auguste Renoir... 💫

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Pierre -Auguste Renoir, Porträt von Jean und Geneviève Caillebotte  (1895)

La cueva del corazón...

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     <<Nada he oído a propósito de ese tratado —me dijo—, pero en nuestra tradición siempre se ha hecho referencia a la cueva del corazón. El corazón es la sede del ser. Muchos yoguis se concentran en su corazón y se refugian en él, desarrollando así la experiencia del Yo Soy. El corazón es como una cueva silente y muy íntima donde uno conecta con la presencia de ser y va desplazándose paulatinamente de la mente ordinaria a la mente mística>>. Ramiro A. Calle, El Faquir

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Kate Greenaway... 💫

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Kate Greenaway, The Elf Ring

El mar. La mar. 💫

El mar. La mar. El mar. ¡Solo la mar! ¿Por qué me trajiste, padre,  a la ciudad?  ¿Por qué me desenterraste  del mar?  En sueños la marejada  me tira del corazón;  se lo quisiera llevar.  Padre, ¿por qué me trajiste  acá? Gimiendo por ver el mar,  un marinerito en tierra  iza al aire este lamento:  ¡Ay mi blusa marinera;  siempre me la inflaba el viento  al divisar la escollera! 🧚‍♀️   Rafael Alberti

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Tus ojos eran mi aire… 💫

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Tus ojos eran mi aire y el aire para sí jugaba a ser redondo, rodando. Tus ojos eran mi aire y mi fuego, y los dos entre sí jugaban uno a mantener al otro, consumiéndose. Tus ojos eran mi aire y mi fuego, pero también mi agua, y los tres entre sí jugaban uno a consumir el otro, manteniéndose. Porque tus ojos eran mi agua mi fuego y mi aire, tengo transida de rumor el alma como el árbol de pino la madera, y tengo más: las raíces anudadas a ti, porque tus ojos eran mi aire mi fuego y mi agua, pero también mi tierra. 🧚‍♀️ José Gorostiza Herbert James Draper, The Gates of Dawn  (1900)

Se puede estar convencido...

<<(...) se puede estar convencido  de querer algo -quizá durante años-, si se sabe que el deseo es irrealizable. Pero si de  pronto se encuentra uno ante la posibilidad de que ese deseo ideal se convierta en  realidad, solo se desea una cosa: no haberlo deseado>>. Michael Ende, La historia interminable