Entradas
9. De Titus B. y la perfección adánica
- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
A lo mejor te preguntas que quién me cuenta todo esto que aquí te escribo, y que tú lees. Es verdad, nunca te lo he dicho , pero es que no es uno, o una: a ver, sí es uno, pero no siempre es el mismo, sino uno distinto a cada tramo que abordamos de la Historia. El que está ahora a mi lado, el que tanto sabe de alquimia y me lo chiva todo y me mete prisa para que te siga contando se llama Titus B. Siempre va escribiendo en un libro al compás que habla y anda . Es un duendecillo . Uno de esos muy traviesos a los que les gusta corretear por entre los pasos de los viajeros cansados y chillarles al pie de las orejas, sabes cuáles te digo, ¿no? Pues de esos, de esos que además está llenito Brocelianda . Me está tirando del brazo . Es muy malo y muy pesado. Me dice que me levante ya . Que llevo yo no sé cuántos días sentada en esta piedra . Que si no me duelen las posaderas… eso me dice: las posaderas :) Y yo le digo Venga, Titus B., dime de una vez lo que
El Reloj Astronómico de Praga...
- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Una piedra sobre la que reposar
- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Estoy muy cansada . Sin que sea cierto me pareciera llevar el peso del plomo sobre los hombros . Me pareciera que toda yo me estoy volviendo de plomo . Y aún no sé ni cuánto tarda ese metal en hacerse de oro ... No te lo he dicho, pero me he sentado . No te lo he dicho y ya estoy sentada sobre una piedra . Es grande. Y lisa. Lo suficientemente grande y lo suficientemente lisa como para aguantar el peso de mi carga hasta que me levante. Y me vaya. Tampoco te lo he dicho, pero es una piedra encantada . Aunque no sé por qué pienso que tal vez te sorprendas al leer esto, cuando de sobra sé que sabes que Brocelianda entera se mueve al son con que balancea el viento sus hojas mágicas . Aquí me quedo , pues. Ya me levantaré. El sábado me levantaré ...
8. Cuerpo de cobre. Alma de oro
- Obtener enlace
- Correo electrónico
- Otras aplicaciones
Nicolás Flamel « El cobre no descansa hasta convertirse en oro » , eso decía el maestro Eckehart: el cobre que no es cobre, sino espejo en el que se miran cuerpo y alma , cada cual andando su propio camino de perfección. Tu cuerpo y tu alma, mi alma y mi cuerpo, da igual. Que el cobre es el cuerpo . Y el oro el alma : el alma cuando llega a ese estado que la hace sagrada como el sol . Inmutable . Inmortal . Para Nicolás Flamel (1330 – 1417) -aquel hombre de fe que fue alquimista - la Obra alquímica : << hace bueno al hombre porque de él arranca la raíz de todos los pecados, haciéndole generoso, manso, piadoso, creyente y temeroso de Dios, por malo que haya sido . Porque desde ahora estará siempre lleno de la gracia y la misericordia que ha recibido de Dios y de la profundidad de sus maravillosas obras >>.