8. Cuerpo de cobre. Alma de oro

Nicolás Flamel
Nicolás Flamel

«El cobre no descansa hasta convertirse en oro», eso decía el maestro Eckehart: el cobre que no es cobre, sino espejo en el que se miran cuerpo y alma, cada cual andando su propio camino de perfección.

Tu cuerpo y tu alma, mi alma y mi cuerpo, da igual.

Que el cobre es el cuerpo. Y el oro el alma: el alma cuando llega a ese estado que la hace sagrada como el sol. Inmutable. Inmortal.

Para Nicolás Flamel (1330 – 1417) -aquel hombre de fe que fue alquimista- la Obra alquímica: <<hace bueno al hombre porque de él arranca la raíz de todos los pecados, haciéndole generoso, manso, piadoso, creyente y temeroso de Dios, por malo que haya sido. Porque desde ahora estará siempre lleno de la gracia y la misericordia que ha recibido de Dios y de la profundidad de sus maravillosas obras>>. 

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