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Anillo

                                         Ya es secreto el calor, ya es un retiro de gozosa penumbra compartida. Ondea la penumbra. No hay suspiro flotante. Lo mejor soñado es vida. El vaivén de un silencio luminoso frunce entre las persianas una fibra palpitante querencia del reposo: una ilusión en el polvillo vibra. Desde la sombra inmóvil, la almohada brinda a los dos, felices, el verano de una blancura tan afortunada que se convierte en sumo acorde humano. Los dos felices, en las soledades del propio clima, salvo del invierno, buscan en claroscuros sin edades la refulgencia de un estío eterno. Hay tanta plenitud en esta hora, tranquila entre las palmas de algún hado, que el curso del instante se demora lentísimo, cortés, enamorado. ¡Gozo de gozos: el alma en la piel, ante los dos el jardín inmortal, el paraíso que es ella con él, óptimo el árbol sin sombra de mal! Luz nada más. He ahí los amantes. Una armonía de montes y ríos, amaneciendo en lejanos levantes, vuelve inocentes los do

Soñé París...

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Thomas Alva Edison y Gustave Eiffel en la Torre Eiffel        Soñé con París .       Todas  esas noches  que el  duende  y yo debimos haber andado el camino,  s oñé que recorría las calles de la ciudad más hermosa  que mis ojos hayan visto.      Soñé sus bulevares, sus jardines, sus cafés con mesas diminutas que se acurrucan junto a dos sillas de juguete.  Soñé .  Soñé y viví .        Y subí a lo alto de la Torre Eiffel . Y contemplé a su ingeniero   y a Thomas Alva Edison, que hablaban,  que compartían   un tiempo que se había detenido alrededor de una mesa de escritorio …

Venecia...

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 William Trost Richards, October   (1863 )

Vivir sin leer...

  <<Vivir sin leer es peligroso, obliga a conformarse con la vida (...)>>. Michel Houellebecq, Plataforma

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John William Waterhouse , A Roman Offering  (1890)

Cisnes de primavera

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También en primavera mueren los cisnes y ahí flotaba muerto un domingo girando de lado en la corriente y fui hasta la rotonda y distinguí dioses en carros, perros, mujeres que giraban, y la muerte se me precipitó garganta abajo como un ratón, y oí llegar a la gente con sus canastos de camping y sus risas y me sentí culpable por el cisne como si la muerte fuese algo vergonzoso y me alejé como un idiota y les dejé mi hermoso cisne.   Charles Bukowski

29. Hasta la primavera...

El bosque esta noche ya no es bosque ,  sino páramo . El aleteo de los  libros volantes  traspasa el aire frío del último tramo del invierno.  Titus B.  está dormido . Duerme desde hace quince amaneceres y no quiere despertar. No quiere. Hasta que llegue la primavera  y Brocelianda se cubra con su mejor manto de flores. No quiere. Y yo lo miro y lo dejo así,  hecho una bolita de algodón que se acurruca en el hueco abierto a los pies de un almendro mágico . Lo dejo así, cierro los ojos de nuevo y trato de dormir también. Hasta la primavera …