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¿Qué es un poeta normal?
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<< He oído a cierta gente preguntar: >> ¿Qué es un poeta normal? << . La respuesta es sencilla: un poeta normal no tiene sentido. El mismo hecho de ser poeta excluye la normalidad. Ningún hombre normal, ningún hombre >> ordinario << es un poeta. (…) El genio no puede coexistir con un intelecto común. Es imposible. El genio consiste en una asociación de ideas anormalmente >> . Fernando Pessoa
Para el Museo del Prado...
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18. El libro volante
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En el bosque de Brocelianda habitan multitud de criaturas . Quita a los duendes. Quítame a mí y al Libro Grande y todavía te quedarán muchísimas más. Tantas que no se pueden contar y cada una diferente. Una de esas criaturas que te digo estaba escondida entre unos helechos . No sé si dormía. A lo mejor se había dejado caer allí para dormir y llegué yo a despertarla. No lo sé. Solo sé que me la encontré hecha una bola de papel blanco lleno de letras : era un libro volante . Los libros volantes viven en Brocelianda y en ningún otro lugar . Pero apenas si se dejan ver. Que se mueven con el sol ya muerto y lo hacen utilizando como alas tapas y páginas . Vuelan de noche. De acá para allá. De allá para acá. Y duermen de día. Nadie puede verlos a menos que permanezca quieto en un sitio un día entero. Y por la noche no cierre los ojos. Los abra bien abiertos. Y mire. Hasta que aparezcan. Eso es lo que me ha pasado a mí . Que en las noches no duermo en eterna vigilia
Tener la destreza...
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En tiempos remotos...
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<<»En tiempos remotos fueron fabricados en Eregion muchos anillos de elfos, anillos mágicos como vosotros los llamáis; eran, por supuesto, de varias clases, algunos más poderosos y otros menos. Los menos poderosos fueron solo ensayos, anteriores al perfeccionamiento de este arte: bagatelas para los herreros de los elfos, aunque a mi entender peligrosos para los mortales. Pero los realmente peligrosos eran los Grandes Anillos, los Anillos de Poder. » Un mortal que conserve uno de los Grandes Anillos no muere, pero no crece ni adquiere más vida. Simplemente continúa hasta que al fin cada minuto es un agobio. Y si lo emplea a menudo para volverse invisible, se desvanecerá, se transformará al fin en un ser perpetuamente invisible que se paseará en el crepúsculo bajo la mirada del Poder Oscuro, que rige los Anillos. Sí, tarde o temprano (tarde, si es fuerte y honesto, pero ni la fortaleza ni los buenos propósitos duran siempre), tarde o temprano el
Y la catedral...
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Luc-Olivier Merson << Y la catedral no era solo su compañera, era el universo; mejor dicho, era la Naturaleza en sí misma. Él nunca soñó que había otros setos que las vidrieras en continua floración; otra sombra que la del follaje de piedra siempre en ciernes, lleno de pájaros en los matorrales de los capiteles sajones; otras montañas que las colosales torres de la iglesia; u otros océanos que París rugiendo bajo sus pies >> . Victor Hugo, Nuestra Señora de París