1. Un manuscrito maravilloso

Desde que salimos de la Villa de los Maestros Titus B. está de muy buen humor. Parlotea todo el tiempo y abre y cierra el Libro Grande en busca de cualquier cosa nueva que enseñarme.

- ¿No extrañas a Nimue?

Las pocas veces que se queda callado es porque le he hecho esa pregunta. Esas veces cierra el Libro si lo tenía abierto y mira al frente. Nunca me contesta.

- La echo mucho de menos, Titus B.

Se para y se sienta muy serio bajo cualquier arbusto. Se para y se sienta y en una ocasión lo hace encima de algo raro.

Había luna llena aquella noche. Y el asiento del duende resultó ser un manuscrito maravilloso...

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