4. De un viejo llamado Hermes y su hija Alquimia
Hermes Trimegisto |
La luz que alumbraba las noches del antiguo Egipto fue la que la vio nacer. Hija de Hermes Trimegisto, de ese Hermes al que los griegos rebautizaron como Thot, dicen que era. De Hermes que era el dios de todas las artes. El dios de las ciencias sagradas.
Sus primeras letras quedaron plasmadas sobre el papiro. Y la primera vez que alguien recogiera por escrito su doctrina entera lo haría en la lengua de los griegos: en el Corpus Hermeticum, que así se llamó, en el compendio de textos del que formó parte esa Tabla Esmeralda que solo conocimos en latín y en árabe; en el conjunto manuscrito en el que hablan las palabras que dirán que fueron dichas por el propio Thot.
Corpus Hermeticum, edición holandesa de 1643 |
Llegará una vez a Alejandría y se hará grande, la alquimia. Tan grande como lo es ahora. Allí, en aquella ciudad señora de un Egipto ya tardío, y se dividirá en dos: una corriente artesana; la otra, alegórica.
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