Entradas

Montoncito de libros en la librería San Ginés (Madrid)

Imagen
Montoncito de libros en la librería San Ginés (Madrid)

De un abril... 💫

Imagen
Otra vez huele el bosque, se ciernen las alondras, elevándose con el cielo, que estaba pesado en nuestros hombros; cierto es que se veía por las ramas el día qué vacío que estaba; pero tras de lluviosas tardes largos vienen las horas nuevas, soleadas de oro, huyendo de las cuales, en fachadas lejanas, todas las desgarradas ventanas temerosas agitan sus batientes. Luego se hace la calma. Hasta la lluvia cae más queda en el brillo de la piedra, que en paz se ensombrece. Los ruidos enteros se agazapan en los fúlgidos brotes de las yemas. Rainer María Rilke John William Godward, He Loves Me, He Loves Me Not  (1896)

Rima XLIX: Alguna vez la encuentro por el mundo

Alguna vez la encuentro por el mundo y pasa junto a mí; y pasa sonriéndose, y yo digo: - ¿Cómo puede reír? Luego asoma a mi labio otra sonrisa máscara del dolor, y entonces pienso: - ¡Acaso ella se ríe como me río yo! Gustavo Adolfo Bécquer

No sigas, compañerito...

      «No sigas, compañerito; prohibido pasar. Cuando no se puede avanzar se fortifica uno. A eso vengo, a convertir tu cárcel en nuestra posición defensiva. Sí, estás cercado, pero yo me cuelo dentro, sé infiltrarme. ¡Lo conseguí tantas veces! Y ah ora, calla: el enemigo tiene escuchas». José Luis Sampedro, La sonrisa etrusca

Librería San Ginés (Madrid)

Imagen

Rima XIII. Tu pupila es azul, y cuando ríes 💫

Imagen
Tu pupila es azul, y cuando ríes su claridad suave me recuerda el trémulo fulgor de la mañana que en el mar se refleja. Tu pupila es azul, y cuando lloras las transparentes lágrimas en ella se me figuran gotas de rocío sobre una violeta. Tu pupila es azul, y si en su fondo como un punto de luz radia una idea, me parece en el cielo de la tarde ¡una perdida estrella! 🧚‍♀️ Gustavo Adolfo Bécquer Herbert James Draper, Lancelot and Guinevere  (1890)

Más bella que las lágrimas

Mi respiro perturba la vida a cierta gente: como vago reproche los mantiene despiertos; tal vez porque mi canto cual un cobre estridente pudiera despertar con su clangor los muertos. ¡Ah! si los hiere mi verso con su tonada bélica -rugir que a sus oídos no quieren que se acerque- es que en el arpa el treno mató la voz angélica y resurgen los ecos pávidos de Dunkerque. Verdad: en recordarlo mi mal gusto compendio… Así somos algunos: en sus cuerpos quizás perduran los mordiscos del infernal incendio que los faros del Norte contemplaran jamás. Si te nombro, Amor mío, burla y odio concitas; si alabo el sol, ustedes el invernal derroche; dicen que en mi pradera sobran las margaritas, azules en mi cielo y estrellas en mi noche. Buscan en mis palabras a ver qué se descubre, como fino escalpelo que escarba un corazón… Tal vez me fuera poco perder Pont-neuf y el Louvre, que aún sus venganzas piden satisfacción. De alados cancioneros pueden hacer galeotes; ahuyentar al poeta podrá su elegancia;

Mi Torre Eiffel preciosa... ♡

Imagen

Aun censurada, siempre regreso… 💫

Imagen
Aun censurada, siempre regreso a los viejos sentimientos que nacieron conmigo. Abandono la búsqueda agitada de riquezas, los vanos sueños que nunca ocurrirán. Ya no busco más la región de las sombras. Monótona se expande su estéril vastedad, y legión tras legión se alzan mis visiones y me acercan, qué extraño, el mundo irreal. Caminaré, mas no sobre viejas huellas heroicas, no por los senderos de la alta moralidad y no entre rostros inciertos, nebulosas formas del rancio pasado. Caminaré adonde mi naturaleza me lleve, pues me humillaría elegir otro guía. Allí donde pastan entre helechos los grises rebaños, allí, a la montaña, donde brama el viento salvaje. ¿Qué importantes secretos revelan los montes solitarios? Gloria y aflicción inenarrables. La Tierra, al despertar el corazón humano, une ambos mundos, el Cielo y el Infierno. Emily Brontë John William Waterhouse, The Missal  (1902)