13. De las páginas que faltan
- ¿Alguien le arrancó varias páginas?
Una luciérnaga vuela muy despacio alrededor de la nariz del duende. A veces se posa sobre ella, por delante de las lentes que tiñe con su hermosa luz dorada. Le hará cosquillas. Tiene que estar haciéndole muchas cosquillas y él ni se inmuta. Solo asiente, asiente con unos ojos que no me miran porque están clavados en el Libro Grande...
- Pero, ¿quién, Titus B.? ¿Por qué? ¿Para qué?
En el horizonte, la amenaza de un sol demasiado próximo hace que cierre el Libro y me mire. Al fin, al fin me mira el viejo duende mientras dice:
- No lo sé, mujercita -sin despegar siquiera los labios...
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