<<Pero este paisaje está desierto. No hay
nadie. (…) “¿Adónde hemos ido?”, pienso. “¿Cómo ha podido ocurrir una cosa así?
Todo lo que parecía tener más valor (…) ¿adónde ha ido a parar?”>>.
¡Yo solo vivo dentro de la primavera! (Los que la veis por fuera, ¿qué sabéis de mi centro, qué sabéis de su centro? Si salís a su encuentro, mi sangre no se altera…) ¡Yo solo vivo dentro de la primavera! Juan Ramón Jiménez
<<(...) aquí la inmensidad escapa a la imaginación, un cielo tan extenso y profundo que no puede abarcarse la puesta de sol de una sola mirada, sino que hay que examinarla por partes, un paisaje que resulta monótono por su tamaño y aterrador por su misma simplicidad y la sensación especial de agotamiento (...) . Amanece, cae la noche; llegas y te marchas de las estaciones de tren indistinguibles entre sí, con el tablón del nombre hábilmente disimulado, entreactos bruscos y desconcertantes de ruido y gentío, y aun así el viaje continúa, hasta que la inmensidad deja de tener sentido y se hace insoportable, y deseas escapar de esa infinita repetición de agotamiento y decadencia>>. V. S. Naipaul, El escritor y el mundo
Profeta de mis fines no dudaba del mundo que pintó mi fantasía en los grandes desiertos invisibles. Reconcentrado y penetrante, solo, mudo, predestinado, esclarecido, mi aislamiento profundo, mi hondo centro, mi sueño errante y soledad hundida, se dilataban por lo inexistente, hasta que vacilé cuando la duda oscureció por dentro mi ceguera. Un tacto oscuro entre mi ser y el mundo, entre las dos tinieblas, definía una ignorada juventud ardiente. Encuéntrame en la noche. Estoy perdido. 🧚♀️ Manuel Altolaguirre Lawrence Alma-Tadema, The Finding of Moses (1904)
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