Hace mucho deseaba dejar La casa donde nací; Hace mucho la usé para sufrir, Mi hogar parecía abandonado, Años vacíos en pasillos desolados, Por las silenciosas habitaciones Se paseaban acechantes temores; Ahora, su memoria se vuelca en páginas Donde la tinta son mis tiernas lágrimas. He conocido la vida y el matrimonio. Cosas que en un tiempo fueron brillantes, Ahora, como hechos absolutos Flotan en cada rayo de luz. En medio de la vida, de ese mar desconocido, Ninguna isla de bendición he conocido; Finalmente, a través de la salvaje tempestad Mi pena fue convocada al hogar. ¡Adiós, oscura y empinada profundidad! ¡Adiós, Tierras Extrañas! ¡Arrasa, barre las nubes del cielo, Abre tu glorioso reino de antaño! Sin embargo, cuando logré pasar a salvo Aquel irritante y agotador principio, Una voz amada, entre temblores y rugidos, Podría convocarme de nuevo. A pesar del brillo en el alma de una rosa vespertina En este Paraíso que se alza sobre mí, ¡William! Incluso desde el reposo del Cielo
Lola García de Luna Descubrí la tinta de limón un verano de hace casi veinte años. Entonces yo era una niña que solo quería leer. Se ocultaba entre las páginas de Los Tres Investigadores , la serie de novelas de detectives que era dueña y señora de mis pensamientos infantiles. Y es que los malos escribían con tinta de limón mensajes secretos en los mapas del tesoro; en las notas arrugadas que sin querer se escurrían de entre las hojas de un cuaderno; en la cara interna de aquel viejo sobre que guardaba una carta misteriosa… Porque la tinta de limón es una tinta secreta , invisible, que solo muestra las letras que atesora si se ve amenazada por la cercanía del fuego. La tinta de limón… Con ella se escribirían también los sueños de esa niña que solo quería leer mientras anhelaba el día, entonces bien lejano –el día de la juventud-, en que pudiera viajar a Rocky Beach, entrar en el “Patio Salvaje” (la chatarrería del tío Titus Jones) y, cajita de cerill
Es el alba una sombra de tu sonrisa, y un rayo de tus ojos la luz del día; pero tu alma es la noche de invierno negra y helada. 🧚♀️ Gustavo Adolfo Bécquer Ivan Ayvazovsky, Byron in Venice
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